Caso Abigail: la madre continuará presa
FOTOGRAFÍA: ARCHIVO LA OPINIÓN AUSTRAL.
Ayer miércoles 6 de agosto, alrededor del mediodía, el Tribunal Superior de Justicia de la ciudad de Río Gallegos dio a conocer su decisión luego de que la defensa de Karen Orellano -la mujer condenada a prisión perpetua por haber asesinado junto a su pareja a su hija de siete meses de edad en el año 2014- solicitara un recurso de casación para revocar la condena de la mujer alegando que la misma, al momento del fallecimiento de la pequeña, se encontraba en un contexto de violencia de género.
Ante esto, el Tribunal decidió no hacer lugar al recurso de casación ya que consideró que esto no alcanzaba para eximirla de su responsabilidad penal, por lo que ratificó su condena y mantuvo firme la postura que determina la responsabilidad penal de la madre en el caso de filicidio brutal: “Para que se configure un contexto de violencia de género que afecte la responsabilidad penal, debe demostrarse una relación de subordinación y sometimiento. En este caso, ambos progenitores ejercían el cuidado personal de la menor y convivían en un marco compartido de crianza”, explicaron los jueces en la notificación enviada a cada una de las partes.
Por otro lado, también se rechazó el planteo de nulidad e inconstitucionalidad presentado por la defensa de Carlos Torlello, padre de la niña asesinada, ya que consideraron que ambos progenitores actuaron con dolo eventual, por lo que eran plenamente conscientes de que las agresiones cometidas en contra de su bebé de tan sólo siete meses de edad podían causarle la muerte pero que, de todas formas, las mismas continuaron hasta provocar lo inevitable descartando, de esta manera, que se tratase de una simple negligencia o imprudencia.
En resumidas cuentas, el Tribunal Superior de Justicia determinó que ambos padres poseian la responsabilidad de la muerte de Abigail, ya sea por acción directa o por omisión dolosa ratificando, de esta manera, la condena de los progenitores de Abigail entendiendo que la misma es “racional, proporcional al hecho y respetuosa de los principios constitucionales”, este último tramo en referencia a los planteos de nulidad e inconstitucionalidad presentados por la defensa de Tortello.
Qué le pasó a Abigail
Abigail era una beba de tan sólo siete meses de edad que, durante su corta vida, había sido víctima de maltrato y de golpes a manos de sus propios padres quienes, se suponía, debían cuidarla. El padre de la pequeña, en el año 2014, ingresó al Hospital Regional de Río Gallegos con su beba inconsciente en sus brazos alegando que la pequeña “se había caído mientras se bañaba” cuando, en realidad, se encontraba grave a causa de los fuertes golpes que él mismo le había propinado. En ese momento, la familia atravesaba una situación difícil debido a que la madre de la pequeña solicitaba la exclusión del hogar del sujeto ya que alegaba encontrarse en un contexto de violencia de género.
Cuando el cuerpo de la pequeña fue sometido a una serie de estudios, el personal médico quedó horrorizado: la beba contaba con múltiples golpes en su pequeño cuerpo e, inclusive, algunos de larga data al igual que múltiples fracturas y heridas. La beba luchó por su vida durante varios días en el nosocomio local pero, a pesar de su gran esfuerzo, no logró sobrevivir. Mientras tanto, en las afueras del Hospital muchos vecinos de la localidad rezaban por un milagro que nunca sucedió. Hoy, a diez años de su muerte, las heridas causadas por la irreparable muerte de la bebé Abigail continúan abiertas en el corazón de los vecinos.
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