El pasado sábado 2 de agosto las vidas de Belén y de su madre se habían detenido de repente: Benjamín, su bebé de tan sólo quince días de nacido, había dejado de respirar mientras Belén lo alimentaba. Ante la desesperación Belén, junto a su madre, decidieron emprender un viaje que pareció eterno hacia el Hospital. 

Sin embargo, en un momento del recorrido y con el bebé en brazos aún sin poder respirar, comenzaron a notar que empezó a tornarse “morado”, según describieron a un medio local. Tras esto, la madre de Belén y abuela del bebé decidió frenar en la Comisaría Primera de la ciudad de El Calafate y solicitar ayuda urgente a los efectivos que se encontraban en el lugar. En ese momento desesperante que parecía iba a terminar de la peor manera, apareció un ángel: la sargento primero Nadia Cáceres quien, sin dudarlo ni un segundo, le comenzó a realizar al pequeño cuerpo de Benja maniobras de reanimación cardiopulmonar.

Afortunadamente, las maniobras fueron exitosas y Benjamín logró revivir para ser trasladado de forma inmediata al Hospital SAMIC de la localidad en donde, actualmente, permanece internado en el área de neonatología. Claudia, quien es la hermana de Belén y la tía del pequeño Benjamín, contó a un medio local detalles sobre la recuperación de Benja y señaló que aún falta realizarle una serie de estudios para descartar cualquier problema.

“La verdad que habrá sido horrible vivir una situación de esas porque la impotencia es tremenda y el sentir que se muere y que no podés hacer nada es horrible. Pero bueno, gracias a Dios está bien, está en neonatología. Hace un rato fueron a hacerle los estudios cardiológicos, salió todo bien y mañana a la mañana le toca la parte de electroencefalograma”, contó Belén.

Por otro lado, se refirió a la determinación y valentía de su madre que, a sus 70 años de edad, supo manejar la situación y mantener la calma de su hija: “En realidad, la que dirigía todo ahí fue mi mamá, ya que ella llevaba a Benjamín en los brazos. Además, se produjeron un montón de situaciones: ellas llevaban a Benjamín en el auto -que era de mi papá- y el auto no tenía bocina, entonces Belén estaba desesperada porque los autos no se corrían y ella no podía avanzar. Además, en ese momento, nevaba. Fue tremendo”, relató.

“Yo que creo mucho en Dios digo que, a veces, las cosas están marcadas. Ella tenía que estar ahí. Es la segunda partera -su mamá- ya que Benjamín nació dos veces”, cerró Belén.