En Río Gallegos la problemática de la sobrepoblación canina es algo que se encuentra a la vista: día a día, cientos de perros callejeros -como así también gatos- caminan a la deriva y a su suerte en busca de comida o de algún refugio en donde pasar las frías heladas. Muchos de ellos, tienen la suerte de ser rescatados por alguna sociedad protectora de animales pero muchos otros deambulan por las calles hasta el final de sus días o, en esta época invernal, hasta morir congelados.
Otra situación que suele observarse diariamente es aquella en donde las perras en celo se encuentran completamente vulnerables al ataque o monta de perros machos, quienes las preñan y luego deben tener sus cachorros -si ya no es que han tenido camadas anteriores- en la intemperie y bajo numerosos riesgos de salud, tanto para ella como para sus crías.
Melisa Zerda, proteccionista de la ciudad de Río Gallegos, dialogó con Ciberperiodismo Javiera Nasser y contó cómo fue testigo de una situación desesperante de la cual nadie quiso hacerse cargo: “El día sábado, aproximadamente a las once y media de la mañana, fui al supermercado que se encuentra emplazado en la Autovía 17 de Octubre y pude observar cómo una manada de perros se peleaban entre sí. Decidí acercarme al área de Control Animal Municipal para dar aviso de que había una perra en celo y se encontraba el director Aguirre hablando con una voluntaria y le comenté la situación al igual que le solicité que envíen a algún enlazador. Sin embargo, me dijo que ninguno se encontraba en el lugar porque habían salido a ver un caso”, contó Melisa al igual que relató que luego de solicitar una soga para hacerlo por su cuenta, con el riesgo personal que esto podría conllevar, la misma se le fue denegada pero, ante la insistencia, la protectora logró conseguirla.
Sin embargo, y a pesar de haber realizado numerosos intentos de atrapar al can en celo, finalmente no pudo: “A todo esto los perros iban deteniendo el tránsito -algo que podría haber causado un accidente automovilístico- y después se cruzaron a la Autovía. Intenté agarrarla yo, pero al estar tan violentos los perros -obviamente por la situación de celo de la perra- fue imposible y se fueron en otra dirección cruzando los dos carriles de la Autovía con dirección al barrio Jorge Newberry”, relató.
Un panorama “muy triste”
Tras lo sucedido, Melisa volvió a la zona en la cual se encuentran los perros del área de Control Animal y señaló que los animales estaban hacinados en una zona lo cual le pareció un panorama “muy triste” para las mascotas: “Después volví yo al sector a buscarlo - al director del área- y preguntarle cuántos perros había. En eso, habían llegado al lugar varios voluntarios y vecinos, así que pude entrar al corralón a la zona en donde están los perros y pude visualizar un total de once. Si bien estaba limpio, había un perro por jaula excepto en una, en la cual habían dos perros. La verdad que fue un panorama muy triste porque -como lo comenté en Facebook- mi postura es que el hacinamiento de perros no es ético, no es humano y además también violenta”, apuntó.
“Todos sabemos que, si bien ellos ponen quizás un poco de voluntad diciendo que los limpian y los pasean, no es las 24 horas del día. Los perros están ahí encerrados 24 horas los 7 días de la semana y hay un perro que está hace 7 meses ahí adentro”, detalló señalando que -según indican los expertos en comportamiento animal- "el encierro de los perros les produce alteraciones a ellos, tanto físicas como emocionalmente y psicológicamente. Los perros se deprimen y dejan de socializar e, inclusive, se tornan a veces hasta más agresivos. Eso no es un lugar para que estén ahí los animales”, añadió. Zerda considera que el mantener a los animales en un estado de hacinamiento es contraproducente: “Deja mucho que desear el tema de que se sigan levantando animales para tenerlos hacinados y encerrado".
Por otro lado, la proteccionista destacó el trabajo que realizan los voluntarios que se acercan al Corralón Municipal para poder brindar una tarde diferente a las mascotas que se encuentran en el lugar: “Agradezco que se tomen el tiempo de ir a pasearlos y de ayudarlos a socializar. Ellos llevan sus herramientas. Inclusive, a pesar de las inclemencias del tiempo, ellos ponen el cuerpo, el alma y el corazón ahí en esos paseos. Nunca jamás he criticado la acción de los voluntarios, pero sí del Municipio en cuanto a la forma de manejar el área debido a que hay pocas castraciones pero mucho encierro que sabemos que no funciona”, indicó.
Otra vez, sin insumos
Por último, Melisa contó que ella -junto a un grupo de proteccionistas independientes- se acercaron al área de Desarrollo Comunitario Municipal para consultar sobre el estado de las castraciones y la directora del área aseguró que, actualmente y como ha ocurrido en ocasiones anteriores, no cuentan con más insumos para castraciones: “El día jueves nos acercamos al área de Desarrollo Comunitario con mis compañeras -porque somos un grupo de activistas independientes- y la directora no se encontraba. Yo tuve que retirarme por cuestions laborales pero mis compañeras pudieron quedarse y dialogar con la directora y ella les dijo que ya no había insumos para castrar gatos. El faltante de la droga era “yurbina”; es recurrente la falta de esta droga pero nosotros lo que aducimos es que esa droga no es no es tan importante para la castración como para que se deje de castrar, es una droga que ayuda a reponerse al animal después de la cirugía, no es que sea necesaria para la cirugía así que nosotros pensamos que quizás sea otro el faltante. Ella comentó que estaban esperando poder comprar una nueva partida para poder reactivar el servicio lo más pronto posible para que la sobrepoblación de animales no se vuelva otra vez a incrementar porque, donde se deja de castrar uno, dos, tres o cinco meses se atenta contra la salud pública”, cerró.